Experimentos Secundaria


Globo aerostático
¿Has subido alguna vez a un globo aerostático? Quizás te sorprenda su funcionamiento. Con este pequeño experimento no podremos dar la vuelta al mundo como Willy Fog, pero al menos entenderemos cómo la humanidad surcó por primera vez los cielos. Su elaboración es muy sencilla y práctica: Lo único que debes conseguir es una bolsa de plástico o de papel “china” y montar una cruceta de cartón ligero pero consistente en la abertura de la misma.
A esta cruceta la unimos un hilo o alambre asegurándonos que las puntas estén bien ajustadas en los extremos de la bolsa. A continuación cogemos papel higiénico, lo hacemos una bola y lo ponemos en el centro del alambre suelto, doblando la punta para que quede bien sujeto. Acto seguido, moja el papel con alcohol de 96º (la cantidad no debe ser escasa pero tampoco debe gotear). Ahora solo queda prender el papel con un mechero asegurándonos de que la bolsa está bien abierta y no se quema.
*El experimento debe realizarse en un lugar sin árboles cercanos, ya que el globo puede descender y provocar un incendio.


Lanzacohetes
Consigue una botella y sácale el corcho. Puedes hacer un cohete de papel y pegarlo en la parte superior del corcho, mirando hacia arriba. Vierte una cucharada grande de bicarbonato de sodio en un pedazo de papel de 10×10 cm, tendrás que usarlo en breves instantes. Mezcla en la botella ½ taza de agua y ½ de vinagre, pero antes de meter el corcho deja caer dentro el papel con bicarbonato. Puedes cerrar la botella todo lo fuerte que quieras, pero aléjate porque el cohete está apunto de despegar.
* Asegúrate de que el techo es alto o realiza esta prueba al aire libre.


Huellas dactilares
¿Tienes madera de detective? Descubre cómo son tus huellas dactilares o las de algún compañero gracias a este experimento científico. Presiona la yema de tu dedo índice en un papel de filtro. En una pequeña cápsula de porcelana, echa una pequeña porción de yodo sódico y caliéntalo bien con un mechero bunsen de laboratorio. Apaga el fuego justo cuando comience a brotar vapor violeta del yodo. Coloca el papel por el lado de la huella para que absorba esos vapores y al cabo de unos segundos podrás ver tus huellas perfectamente definidas.
* Este experimento debe estar continuamente bajo la supervisión de un adulto.


Efecto de la presión atmosférica con botellas
Este experimento resulta muy sencillo y divertido para los alumnos. En primer lugar, necesitamos un huevo cocido pelado y una jarra o botella cuya abertura tenga al menos 3.8 cm de diámetro. Una vez que tengas todo esto, enciende una cerilla grande y métela en la botella, acto seguido coloca el huevo en la abertura y espera unos instantes. El fuego de la cerilla quemará el oxígeno del interior de la botella, ese “vacío” generará presión en la botella y como consecuencia; esta absorberá el huevo sin dañarlo.


Fabricar una brújula
Un experimento de lo más curioso e ilustrativo orientado a los más aventureros de la clase: Coge una aguja pequeña y frótala con un imán al menos 50 veces en una sola dirección. Coge un pequeño corcho (de unos 10 mm) y fija la aguja en él con un poco de celo. Ahora llena un recipiente de agua y pon el corcho a flotar en él; la aguja señalará el norte. Debemos tener en cuenta que la Tierra y su “norte magnético” es como un gigantesco imán para las personas que viven en ella.


Encender una vela
Este experimento resulta muy sencillo de realizar y bastante curioso. Para ello lo único que vas a necesitar es una vela y un mechero. Efectivamente, vamos a prender la vela con el mechero, pero de una forma diferente.
Lo primero que debes hacer es encender la vela y esperar a que se derrita la cera que está justo bajo la llama. Una vez suceda esto, lo que debes hacer es apagar la vela con un soplido fuerte y corto, pues no queremos enfriar la cera ni la mecha de la vela. Cuando apagues la vela, verás que se produce una columna de humo que, si no hay condiciones de viento, ascenderá en vertical hasta el techo. Pues bien, usa el mechero para prender esta columna de aire y ver cómo la chispa desciende hasta la mecha de la vela, encendiéndola.


Mover cerillas sin tocarlas
Se trata de otro truco muy sencillo para el que solo vamos a necesitar dos copas y dos cerillas.
Colocamos las dos copas juntas, pero sin que lleguen a tocarse. Sobre el borde de una de las copas colocamos las dos cerillas. Ahora, humedecemos el dedo y comenzamos a pasarlo por el borde de la otra copa. Llegará un momento en el que el roce con nuestro dedo provocará una vibración en las ondas de la copa, lo que produce un sonido. Cuando el sonido comience a ser audible, verás también como las cerillas que habías colocado previamente en la otra copa se mueven como por arte de magia, sin necesidad de tocarlas.


El agua que no cae
A veces, los experimentos más sencillos son también los más sorprendentes. Para realizar el siguiente tan solo vas a necesitar un vaso, un recipiente con agua y la tapa de un CD.
Llena el vaso de agua casi hasta su tope, pero que no rebose, deja aproximadamente un centímetro del vaso sin llenar. Ahora, pon la tapa del CD en la abertura del vaso y vete girando poco a poco hasta que la abertura y el CD queden para abajo, y el fondo del vaso para arriba. No temas, quita la tapa del CD y mira qué sucede. Al contrario de lo que se pudiera creer, el agua con se cae del vaso, sino que la tapa se queda adherida a la abertura.


El olor de un éster
Llamamos éster a un compuesto orgánico que tiene la propiedad de producir varios olores diferentes, de hecho, muchos vegetales, frutas e incluso algunos animales contienen este compuesto orgánico que se produce por la combinación entre alcohol y ácidos carboxílicos.
Si os animáis a hacer este experimento deberéis saber que durará unos 30 minutos y necesitaréis:
  • Tubos de ensayo (21)
  • Muestras de ácido benzoico y transcinámico de 50 gramos
  • 6 vasos de 100ml de ácido glacial, fórmico, bútrico y heptanóico
  • 6 vasos de 100ml para etanol, metanol, isobutanol, octanol y pentanol
  • Microespátulas (2)
  • Pipetas para la medición de plásticos de 1ml para cada solución
  • 5% de solución de bicarbonato de calcio en agua
  • Solución de carbonato de sodio
  • Cuentagotas
  • Un plato caliente
  • Un vaso de 400ml
  • Agua destilada
  • 4 tubos de ensayo de lo largos
  • Tapones de tubo de ensayo
  • Gradilla
  • Varillas agitadoras (4)
  • Un termómetro
  • Una abrazadera de tubo de ensayo
  • Guantes calientes y gafas
Lo primero que tenemos que hacer es calentar un poco de agua en uno de los vasos de 400ml sin dejar que hierva. Después, ponemos 3ml de alcohol metílico, 1 gramos de ácido salicílico y mezclar con el agitador. Después agregamos el ácido sulfúrico y agitamos con cuidado ya que el ácido sulfúrico es muy peligroso para la piel y los ojos.
A continuación pasamos el tubo de la mezcla por un baño maría y dejamos que se caliente. Después, vertemos el contenido en 50ml de agua destilada y lo tapamos para dejarlo en reposo durante unos dos minutos. Lo último que nos queda es destaparlo y descubrir su inquietante olor.


Preparación de pasta dental
Para preparar pasta dental necesitaremos:
  • Miel de maíz (unas siete cucharadas)
  • Glicerina pura (unas seis cucharadas)
  • Bocarbonato de sodio (unas tres cucharadas)
  • Esencia de menta (una cucharada y media)
  • Goma de tragataranto (una cucharada y media)
  • Sulfato de sodio (una cucharada)
  • Colorante vegetal
  • 2 recipientes de vidrio o plástico
  • 1 recipiente de plástico o de vidrio para guardar el resultado
  • Una espátula y una cuchara
  • Algo para batir
Lo primero que haremos será colocar la miel y la glicerina en uno de los recipientes que tenemos y lo mezclamos bien hasta que quede una mezcla homogénea. Después, añadimos el sulfato, el bicarbonato y la goma para mezclar todo bien. Después, vertimos esta mezcla en la anterior que teníamos preparada con la miel y lo batimos hasta que obtengamos una masa un poco pastosa. A continuación, añadimos la esencia de menta y volvemos a batir.
Por último, añadimos el colorante que hayamos elegido y ya podemos disfrutar de nuestra pasta dental casera.


Observar la respiración de una planta
Para hacer este experimento debemos colocar una planta en un tubo de ensayo que esté sujeto con un trozo de madera. Después, un bol, colocamos agua de lima y se cubre la planta con una jarra, para después mantener la planta en una lugar oscuro durante algunas horas o incluso podemos dejarlo para el día siguiente.
¿Qué observaremos? el agua de lima se habrá convertido en un líquido blanquecino que demuestra el CO2 que ha expulsado la planta mientras que el oxígeno fue tomado por ella.

Tomado de espaciociencia.com

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